RECETA
- 4 yemas de huevo
- 6 cucharadas de azúcar
- 1/2 l. de nata líquida
- 1 vaina de vainilla
- unas fresas
- unas frambuesas
- unas grosellas
- unas hojas de menta
1Vierte la nata (reserva un poco) en una cazuela junto con la vaina de vainilla abierta por la mitad a lo largo, 2 cucharadas de azúcar y llévala a ebullición. Aparta del fuego, deja entibiar y retira la vaina.
2Bate las yemas de huevo y 2 cucharadas de azúcar hasta montarlas ligeramente. Incorpora, poco a poco, primero la nata líquida fría y mezcla. Después añade la nata hervida. Mezcla bien y vierte la mezcla de nuevo en un cazo. A fuego lento sin que llegue a hervir, remuévelo suavemente hasta que la crema engorde.
3Distribuye la crema en dos cuencos individuales, deja que se templen primero e introdúcelos al frigorífico a continuación. Antes de servir, espolvorea una cucharada de azúcar en cada cuenco y quémalo con un quemador (o gratínalo en el grill).
4Añade los frutos rojos limpios, las fresas fileteadas, las grosella y las frambuesas. Adorna con unas hojas de menta y sirve.
5Es un postre que se puede tener preparado de antemano. Cuando lo vayas a servir, sácalo del frigorífico, espolvorea la superficie con azúcar y quema la superficie con un hierro al rojo, hasta que la azúcar se caramelice.