1Tener un día a remojo las patas de cerdo, cambiándoles el agua por lo menos tres veces.

2Cocer en agua y, una vez tiernas, despojarlas de los huesos y picar menuda la carne.

3Picar también el tocino, que luego se mezcla con la carne, el queso, los huevos y la harina, por ese orden; añadir un poco de leche y, si fuera necesario, un poco de sal.

4Untar una greixera (cazuela de barro baja y redonda) con manteca de cerdo, rellenar con la pasta y cubrir con el pan rallado.

5Meter al horno medio y dejarlo durante 30 minutos.