RECETA
- 800 g. de carne de cordero sin hueso
- 12 alcachofa
- 2 patata
- 3 cebolleta
- 1 vaso de vino blanco
- 2 vaso de caldo de carne
- 1 cucharada de harina
- 1 hoja de laurel
- 1 rama de romero
- 1 rama de tomillo
- 2 hebra de azafrán
- sal
- pimienta en grano
- aceite de oliva
1Quitar los trozos más grasos de la carne, cortarla en tacos medianos, salpimentar y dejarlos sobre un escurridor. Limpiar y picar las cebolletas en tiras finas. Limpiamos las alcachofas, retiramos las hojas más duras y dejamos solamente el corazón, se cortan por la mitad y se pasan a un cuenco con agua y unas gotas de zumo de limón.
2Calentamos unas cucharadas de aceite de oliva en una cazuela de barro y rehogamos las cebolletas, con cuidado de que no se doren en exceso. Cuando comiencen a estar transparentes incorporamos el cordero y salteamos a fuego vivo unos minutos para sellar la carne y que quede suelta.
3Incorporar los corazones de alcachofa y las hebras de azafrán, damos unas vueltas y espolvoreamos la harina. Tostamos bien durante un par de minutos y añadimos las hojas de laurel, los granos de pimienta, el tomillo y el romero desmenuzados. Mover para que se mezcle todo bien y añadir el vaso de vino. Dejar que se evapore el alcohol y bañamos con el caldo de carne, bajamos el fuego y cocemos tapado durante tres cuartos de hora.
4Pelamos y cascamos las patatas y las añadimos al guiso cuando falten veinte minutos. Agitamos la cazuela, rectificar de sal, añadir algo más de caldo y cocer hasta que se hagan las patatas. Dejamos reposar fuera del fuego antes de servir.