1Colocamos el chocolate y la mantequilla en un bol, añadimos agua a un cazo, metemos dentro el bol y dejamos que se derrita todo al baño maría.

2Metemos en el congelador el brick de nata y el vaso donde vayamos a montarla para que estén muy fríos a la hora de montar.

3Cascamos los huevos, separando con cuidado las yemas de las claras, debemos intentar que en las claras no haya ni un resto de yema. Las claras debemos ponerlas en una fuente o cacharro hondo ya que las vamos hacer a punto de nieve. Las yemas en un plato hondo.

4A continuación, batimos las yemas de huevo, añadimos la cucharadita de café soluble y mezclamos bien, reservamos.

5Por otro lado, batimos las claras a punto de nieve con una pellizco de sal, la sal es para que queden mas firmes, podemos saber si está a punto de nieve si al inclinar bastante el recipiente hacia un lado con las claras que hemos montado éstas no se caen.

6Rápidamente sacamos el brick de nata y el vaso del congelador, echamos la nata en el vaso y añadimos el azúcar glass, batimos hasta que vemos que la nata está montada y firme. Ojo: no nos pasemos con la batidora porque se nos puede hacer tipo mantequilla.

7Ahora solo nos falta montar las copas, primero echaremos el chocolate -unas 3/4 parte de la copa-, y a continuación cubriremos por encima con nata, mejor si lo hacemos con ayuda de una manga pastelera (o en su defecto con una bolsa de plástico a la que habremos hecho un corte en una de las puntas).

8Yo lo he decorado con chocolate rayado, fideos de azúcar de colores, unos palitos de chocolate y rematado con una guinda. Deberá estar mínimo unas 2 horas en la nevera.

9Pero podemos decorar con otras cosas que tengamos en casa: cacao en polvo, canela, fideos de chocolate, una fresa...