1Una vez limpio y troceado el conejo, se sazona con un poco de sal, pimienta y bastante limón, se deja así durante unas dos horas.

2Mas tarde se fríe el conejo en una sartén con aceite, escurriéndolo bien al terminarlo.

3En mortero aparte, se pican los ajos, agregándoles un poco de vinagre.

4La mitad de este majado se añade al conejo frito y se rehoga.

5Las patatas, peladas a lo pobre, se fríen con poco aceite y a fuego lento, tapando la sartén para que se hagan casi al vapor.

6Una vez tiernas, se escurren bien y se las incorpora la otra mitad del majado.

7Se mezcla por último el conejo y las patatas y se sirve.