RECETA
1Los zócalos y las molduras de nuestra habitación están lacados en blanco. Para unificar los diferentes elementos de madera que encontramos en ella, lacaremos también la cara interior de la puerta.
2Paso 1En primer lugar, retiraremos la manilla y las bisagras de la puerta. Para trabajar con mayor comodidad, colocamos la puerta sobre unos caballetes.
3Paso 2A continuación, protegemos los cantos de la puerta con cinta de carrocero, ya que no irán lacados.
4Paso 3Ahora, ya podemos lijar la superficie sobre la que vamos a trabajar con la lijadora y una hoja de grano fino.
5Paso 4Con un trapo humedecido en alcohol, retiramos el polvo que se haya producido a la hora de lijar.
6Paso 5Damos una mano de imprimación multiuso al agua, de gran adherencia y secado rápido, adecuada para la preparación y protección de todo tipo de superficies.
7Paso 6Cuando la imprimación se haya secado, aplicamos con la ayuda de un rodillo, un esmalte laca satinado de poliuretano con teflón. Un esmalte muy apropiado para el pintado y la restauración de la madera y metal en exteriores e interiores. Daremos dos manos de este producto de gran resistencia y dureza, hidrófugo, repelente de la suciedad y de polvo, respetando los tiempos de secado entre ambas.
8Paso 7Para terminar el trabajo, colocaremos la manilla en su posición y pondremos la puerta en el hueco correspondiente, cuyas jambas también hemos lacado en blanco.
9Paso 8De esta forma tan sencilla, la decoración de la habitación quedará mucho más armónica.