RECETA
- 200 Gramos de Chocolate blanco
- 200 Gramos de Queso crema
- 1 Cucharada sopera de Azúcar pulverizado
- 50 Mililitros de Crema de leche
- 75 Gramos de Mantequilla
11 El primer paso para realizar la receta de cobertura de chocolate blanco para tartas es alistar todos los ingredientes. Con las cantidades indicadas podremos decorar un pastel de tamaño medio-grande, puesto que, en general, se emplea el glaseado de chocolate blanco tanto para rellenar como para cubrir la tarta.
22 Lleva una olla a fuego bajo con un poco de agua. Lo ideal es hacer la cobertura de chocolate blanco al baño María y que el agua no toque el bol o tazón metálico para evitar que el chocolate se queme, pues este ingrediente debe tratarse con mucho cuidado al momento de manipularlo. Si tienes microondas también puedes derretir el chocolate blanco en él con intervalos de 30 segundos hasta que esté derretido en su totalidad.
33 Añade la mantequilla y mezcla muy bien hasta que se integren los dos ingredientes del glaseado para tartas. Este ingrediente aporta un extra de brillo a la cobertura, por lo que no recomendamos eliminarlo de la receta.
44 En un tazón o bol aparte, mezcla la crema de leche y el queso crema. Mezcla bien con un batidor de mano manual o eléctrico, aunque con el segundo conseguirás integrar mucho más rápido los ingredientes de la cobertura de chocolate blanco.
55 Añade el azúcar glass y sigue batiendo hasta que se integren los ingredientes. Puedes comprar este tipo de azúcar ya preparado en cualquier supermercado, o animarte a preparar tu propio azúcar pulverizado siguiendo nuestra sencilla receta de azúcar glass casero.
66 Mezcla el chocolate blanco ya derretido con la preparación anterior con la ayuda de una espátula de cocina, haciendo movimientos envolventes hasta que se integren bien los ingredientes de la cobertura para tartas.
77 Lo ideal es obtener una cobertura de chocolate blanco con una consistencia espesa como la que se observa en la fotografía.
88 Utiliza esta cobertura de chocolate blanco para tartas o para decorar tus postres favoritos, como una tarta de zanahoria o magdalenas de vainilla. Y si quieres usarla a modo de frosting, déjala en el frigorífico para que solidifique y puedas trabajarla con una manga pastelera. Anímate, ¡este glaseado para tartas está realmente delicioso!