1Se escogen cerezas perfectamente maduras, frescas y sanas.

2Se cortan los ramitos o dos centímetros de fruto y se limpian con un paño, sin lavarlas.

3Se colocan en los tarros previamente esterilizados y se cubren con el aguardiente.

4Se tapan herméticamente. Al cabo de tres semanas o un mes, se agrega el azúcar (200 gramos por cada litro de aguardiente).

5Se vuelven a cerrar los tarros y se agitan para disolver el azúcar.

6Se conservan en lugar fresco y oscuro durante dos meses antes de poder empezar a saborearlas.