1Quite las hojas y separe los ramitos de la coliflor, metalos en agua con un chorrito de vinagre por espacio de 15 minutos.

2Sáquelos y cuézalos en agua con sal durante 25 minutos más o menos.

3Cuando estén tiernos, escúrralos y páselos por la batidora hasta obtener un puré.

4En una cacerola ponga 20gr de mantequilla junto con el aceite y cuando se haya derretido, añada la harina y luego, poco a poco, el queso blanco. Siga removiendo.

5Añada a esto el puré de coliflor, el gruyére rallado, las yemas y un poco de nuez moscada rallada.

6Mezcle bien todo y vuelva a poner la cacerola sobre el fuego suave durante 4 minutos.

7Unte ligeramente un molde de bordes altos (como para souflé) y coloque este recipiente al baño María con el agua hirviendo.

8Añada a la mezcla las claras montadas a punto de nieve firme.

9Métalo en el horno durante 20 minutos.

10Sírvalo, en cuanto salga del horno, en su mismo molde.