1Pelar los calabacines y cortarlos en rodajas gorditas.

2Sumergirlos en abundante agua salada que este hirviendo.

3Cocerlos 4 ó 5 minutos, debiendo quedar tiernas pero enteras. Escurrirlas en un colador.

4Ponerlas en una fuente honda resistente al horno.

5Colocar una capa y espolvorear con el queso y una pizca de nuez moscada.

6Se van alternando así las capas de calabacín y queso, espolvoreando más cantidad de queso que en las demás en la última capa de calabacín.

7Espolvorear el pan rallado, y poner encima la mantequilla a trocitos, metiendo la fuente en el horno, previamente calentado, para que se gratine.

8Servir en la misma fuente.