1Se toman unas berenjenas tiernas y frescas, les pasaréis un paño humedecido para limpiarlas, cortarles el pedúnculo, las pintáis de aceite de oliva y las ponéis en una placa de horno.

2El horno lo tendréis a una temperatura de unos 180º C.

3Metéis la bandeja y asáis las berenjenas, les dais alguna vuelta si veis que se os está tostando demasiado por alguna parte.

4Una vez asadas las dejáis enfriar y cuando estén templadas, le quitáis la piel negra con mucho cuidado de no quitar carne.

5Una vez peladas os quedarán aplastadas, las sazonáis con sal al gusto, rebozáis pasándolas por harina y huevo y las freís.

6Una vez fritas quedan listas para acompañar a unos filetes, chuletas etc.

7Si no queréis freírlas y preferís comerlas tal cual, una vez peladas las abrís, hacéis tiras y les quitáis las simientes, las sazonáis de sal al gusto y aderezáis con aceite y vinagre.