RECETA
- 4 rodajas gruesas de bacalao salado
- 4-6 dientes de ajo
- 1,5 vasos de aceite de oliva
- 0,25 de vaso de sidra seca.
- Perejil fresco picado
1Dejamos desalando en agua el bacalao unas 36 horas (dependiendo del grosor, si es muy muy grueso es posible que necesite más) cambiando 4 ó 5 veces el agua, lo secamos bien y quitamos las espinas.
2En una sartén freímos, en la tonalidad del aceite, los ajos cortados en trozos no muy pequeños, cuando comiencen a dorarse, apagamos el fuego, apartamos los ajos y echamos el aceite en una cazuela de barro en la que entre olgado el bacalao, dejando que se enfríe el aceite.
3Cuando el aceite esté frío pondremos el bacalao en la cazuela colocando la piel hacia abajo, colocaremos la cazuela a fuego lento y ayudándonos con un par de trapos comenzaremos a remover la cazuela en contínuo vaivén para que vaya engordando la salsa.
4A los 20-25 minutos, daremos la vuelta al bacalao y comenzaremos a añadir a la cazuela la sidra gota a gota (yo suelo meter los dedos en el vaso de sidra y hago un goteo de sidra en la cazuela) todo ello sin dejar de menear la cazuela.
5A los 20 minutos espolvoreamos el perejil picado, removemos 5 minutos más y ya está listo para servir.
6Este plato, el único misterio que tiene es el contínuo movimiento de la cazuela, que va a ser el que nos permita conseguir una salsa espesa, y también que el aceite se caliente todo lo posible sin llegar a hervir, para ello, mientras meneamos la cazuela la pondremos y quitaremos del fuego.