1Poner los garbanzos en remojo veinticuatro horas antes.

2Cocinarlos en agua y sal y al final de la cocción, añadir un poco de color con el azafrán.

3Finalmente, se escurren y reserva el caldo de la cocción.

4Esto se hará sólo en caso de que no tengamos ya, el caldo y los garbanzos sobrantes del cocido.

5Pelar las patatas y cortarlas a rodajas no muy finas.

6Cortar los tomates en rodajas, si se quiere se pueden quitar la piel y las pepitas, y picar uno de ellos.

7Pelar los ajos y darles un corte.

8Cortar la zanahoria en rodajas finas.

9Poner al fuego una cazuela de barro con el aceite y cuando esté caliente, echar las patatas.

10Cuando estén blandas, no hay que freírlas mucho, echar los ajos y las zanahorias; darle unas vueltas y echar el tomate. Mezclarlo todo bien y dejarlo unos minutos, dándole vueltas con la cuchara de palo.

11Retirar el conjunto de los ingredientes pero dejar el aceite caliente.

12Se añade pimentón y se rehoga el arroz y los garbanzos.

13Al mismo tiempo se pone aceite en una sartén y se fríen las costillas partidas en trozos pequeños.

14Precalentar el horno durante unos diez minutos a fuego fuerte.

15A continuación en una bandeja de horno profunda echar el arroz y los garbanzos.

16Añadir el caldo con la sal y el azafrán, que se había reservado.

17A continuación, se añaden la carne, las rodajas de patata y la zanahoria, los ajos, los tomates y se mete al horno.

18Debe estar horneándose a fuego medio alto durante 25 minutos aproximadamente.

19Cinco minutos antes de que termine de hacerse colocaremos la morcilla entera sobre el resto de ingredientes.

20Vigilaremos que el arroz esté un poco seco pero suelto.

21Incluso se puede gratinar un poco, para que la capa de arriba quede dorada.