RECETA
- 1 kg de aletas de lubina limpias, sin pellejos ni partes negras
- 10 cucharadas de aceite de oliva
- 1 vaso pequeño de vino blanco
- Caldo de pescado o agua
- 2 dientes de ajo picados
- Perejil picado
- 1/2 kg de patatas pequeñas cocidas, cortadas en láminas gruesas
- Sal
1En una cazuela baja y ancha colocar las aletas sazonadas con la piel hacia arriba y verter el aceite de oliva y el ajo picado.
2Colocar a fuego muy suave y hervir muy lentamente, moviendo la cazuela en vaivén, durante unos 4 minutos.
3Cuando comiencen a soltar gelatina (lo advertiremos al ir enturbiándose el aceite), añadimos el vino blanco y seguimos moviendo a fuego muy suave.
4Les damos la vuelta y añadimos la pizca de caldo o agua.
5Según la naturaleza de las aletas y su grado de frescura, ligarán mejor o peor.
6La salsa ha de quedar untuosa, ligeramente espesa, en ningún caso muy consistente.
7Al final, añadimos las rodajas de patata dando un buen meneo.
8Espolvoreamos el perejil picado y servimos.
9Podemos pasar ligeramente el pescado por harina y sacudirlo bien, antes de comenzar el guiso, para que la salsa quede más ligada.
10Que cada cual escoja el procedimiento que más le guste.