RECETA
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- 12 alcachofas
- 1 rama de perejil fresco
- Aceite de oliva virgen extra suave
- Sal y pimienta
1Quitamos las hojas externas y duras de las alcachofas hasta que veamos que la base es más amarilla y tierna. Cortamos las puntas de las hojas y retiramos los pelillos interiores. Si quieres desecha los cabos pero a mi me gusta dejarlos. Si las alcachofas son pequeñitas puedes dejarlas enteras como en la foto. En caso contrario corta por la mitad a lo largo, pero en cualquier caso frota con limón para que no se ennegrezcan.
2Ponemos las alcachofas en una cazuela colocadas intentando no dejar apenas huecos entre ellas y cubrimos de aceite. Yo las he colocado como ves en la foto, todas juntas y ‘engarzadas’, y así necesitas menos aceite. Coloca entre las alcachofas la rama de perejil y pon la sal y pimienta.
3Cocemos a fuego lento intentando que no rompa la ebullición ni salgan burbujas, simplemente que se cuezan en el aceite. Depende de la alcachofa tendrán que estar entre 20 y 40 min (o hasta 1 hora, si son grandes y más duras), hasta que clavando un palillo lo podamos sacar sin resistencia. Si tienes un termómetro controla que la temperatura no suba de 80º. En caso contrario deja sencillamente en el mínimo (3 sobre 9).