1En un cuenco echamos las yemas junto con la mitad del azúcar glass. Ahora batimos hasta que se forma una espuma uniforme. Ahora vamos a añadir el queso mascarpone a la mezcla que acabamos de preparar. Batimos hasta que obtengamos una pasta uniforme cuya textura será mas bien densa. Reservamos esta pasta.

2Es el momento de coger las claras y batirlas junto con la otra mitad de azúcar glass hasta dejarlas a punto de nieve. Ahora vamos a mezclar varias cremas, la de yemas con mascarpone junto con la de las claras con la mitad de azúcar glass que acabamos de hacer. Nos ayudaremos de una buena espátula de repostería. Reservamos la nueva mezcla que obtengamos. Toca preparar la mezcla de café con licor de amareto en la que mojaremos nuestros bizcochos de soletilla. Para ellos, echaremos el licor a los 200 ml de café frío. Ahora vamos a verterlo en un plato hondo para ir mojando los bizcochos durante dos o tres segundos para que no se empapen demasiado y se puedan romper.

3Ahora vamos a ir colocando una primera capa de bizcochos sobre un molde rectangular, a ser posible desmontable para desmoldar con mas facilidad mas adelante. Tras esta primera capa de bizcocho, vamos echar la crema que hemos preparado, cubriendo totalmente los bizcochos. Sobre esta capa vamos a echar una capa de chocolate rallado que hemos triturado previamente, o bien en una termomix, o con un triturador. Ahora volvemos a colocar otra capa de bizcochos que habremos mojado previamente hasta cubrir la capa de crema y chocolate anterior.

4Volvemos a echar otra capa de nuestra crema para cubrir estos últimos bizcochos y la cubrimos con otra capa de chocolate triturado. Para finalizar, vamos a coger el cacao en polvo y lo vamos a echar encima del chocolate triturado que acabamos de echar tamizándolo. Podemos usar un tamizador o un colador para ello. Dejar reposar durante 4 o 5 horas en el frigorífico antes de servir. Si es mas tiempo, mucho mejor.