1Se ponen al fuego 6 cucharadas de aceite en una cazuela o sartén y, cuando esté muy cliente, se coloca el redondo, dorándolo por todos los sitios.

2Una vez dorado, se pasan carne y aceite a una cazuela y se les agregan una cabeza de ajos sin pelar, una cebolla en cuartos y 4 zanahorias, tapando la cazuela y poniéndola a un lado del fuego para que vaya condimentándose lentamente.

3En una sartén, con 4 cucharadas de aceite bien caliente, se pone la harina y se revuelve con un tenedor hasta que empiece a oscurecerse. Entonces se vierte todo con medio kilo de tomates y dos vasos de vino blanco. Se cubre el redondo con agua hirviendo y se deja que vaya hirviendo durante hora y media, en que se añadirá más agua hirviendo, cubriendo el redondo otra vez.

4A las dos horas y media se mira si se ha cocido la carne, pinchandola con un tenedor. Si se penetra fácilmente, puede sacarse el redondo a una fuente.

5La salsa se pasa por un pasador.En caso de que se quiera guardar esta salsa, se ponen 12 cucharadas de tomate y media lata de pimientos en un cazo, salteados con 6 cucharadas de la salsa del redondo.

6Se corta el redondo y se cubre con la salsa últimamente preparada. Si no interesa guardarla, se cubrirá con la primera salsa que se ha pasado por el chino.