1Poner al fuego en un cazo casi toda la leche (se deja una parte), con la mitad del azúcar, juntamente con la canela en rama y la piel de limón.

2Aparte, prepararemos un batido con el resto de leche, el resto de azúcar, las yemas y la harina de maíz hasta que quede bien esponjoso.

3Cuando la leche haya hervido, se mezcla bien echando la leche caliente encima del preparado frío y no al revés, y removiendo al mismo tiempo.

4Cuando todo esté mezclado, se pasa por un colador, y a continuación se pone al fuego en otro cazo.

5No se parara de remover la crema con un batidor.

6También puede hacerse con una espátula de madera, pero con el batidor queda mucho más esponjosa.

7Poco a poco se va volviendo espesa.

8Cuando esté a punto de hervir, se saca del fuego, y es importante cambiarla de recipiente enseguida a uno que esté frío.

9Es muy importante que no se acerque a la temperatura de ebullición, ya que se corta.

10Como dato orientativo la temperatura no debería sobrepasar los 80º centígrados cuando esté terminada, y con la ayuda de un cucharón, se irá llenando las cazuelitas ya especiales para este postre.

11Si no se tienen cazuelitas, la pondremos en pequeños cuencos individuales, o en platos.

12Se guardan en la nevera hasta el momento de servir.

13En el momento de servirlas, deben estar frías de la nevera.

14Entonces se añade encima azúcar, y se quema con una pala de quemar.