1Separa la cabeza del tronco de los calamares. Quítales los ojos y la parte amarillenta que tienen debajo de la cabeza. Retira las patas y tentáculos.

2Quita las bolsitas de tinta, la piel y las aletas. Lávalos en abundante agua fría. Sécalos bien con un paño.

3Corta los cuerpos en anillos. Trocea los tentáculos.

4Pela y pica la cebolla.

5Calienta el aceite en una sartén.

6Echa la cebolla y deja que se dore a fuego lento unos 5 minutos.

7Incorpora los calamares. Rehógalos otros 5 minutos más. Añade la sal. Espolvorea con la pimienta.

8Pela los dientes de ajo y pica el perejil.

9Machaca el ajo y el perejil en un mortero.

10Mezcla la harina con 1 vaso de agua. Vierte la mezcla en el mortero. Añade el vinagre y remueve.

11Echa la mezcla del mortero en la sartén de los calamares y remueve.

12Tapa y cuece 30 minutos o hasta que los calamares estén tiernos.

13Rectifica la sal y la pimienta y sirve muy caliente.

14Sírvelos con una rama de perejil por arriba, acompañados de arroz blanco, una ensalada y tostones.