1Lavar los tomates y secarlos con un paño o un trozo de papel absorbente.

2Cortar el pan en rebanadas de unos dos centimetros de grosor aproximadamente.

3Cortar los tomates por la mitad y frotarlos en el pan por un lado, haciéndolo de tal modo que se desprenda la pulpa y se peguen en el pan.

4Salar el pan ligeramente por ambos lados y regarlo con un chorrito de aceite.

5Colocar las rebanadas de pan en platos o en una bandeja de servir y cubrir cada rebanada con una o varias lonchas de jamón, dependiendo del tamaño.

6Servir inmediatamente.